Una y otra vuelvo a cerrar los párpados para mirar África a los ojos. Sentimientos transmitidos mano a mano, con el contacto, sin importar quién seas ni qué vengas a hacer. Una y otra vez vuelvo a sumergirme en ese mundo al que no consigo dar sentido, ese que está dentro de mi, que silenciosamente me atrapa cada día un poco más. No entiendo nada...y todo mi yo se ahoga en esa frase, volviéndome loca y haciéndome temblar.
Estoy cansada de no sacar conclusiones, de que ninguna me convenza y de que nadie me de respuestas. Asustada de no saber encontrar el camino, ni hacia dónde mirar. Tengo miedo de encontrar, de no encontrar, de ilusionarme con palabras a las que como a todo, doy muchas vueltas.
Mozambique me cambió, cambió mi percepción supongo. Vivimos todos en el mismo mundo y ajenos a lo que queremos, a conciencia. Estoy harta de estar cansada, de soñar con magia y descubrir que vivo rodeada de hipocresía. ¿Qué le pasa al mundo? ¿Para qué se nos dieron ojos que ven si nadie quiere aprender a mirar? Solo consigo estar confundida. Algo me absorbe queriendo llegar hasta el fin de todo, ese final o ese principio que mata miles de personas en un momento, destroza familias e impone la idea de que el dinero es felicidad. Para qué predicar igualdad, derecho y paz si lo que realmente importa, lo que le importa al mundo es poder seguir siendo feliz ignorando lo que sus ojos no llegan a ver. Aquí los que tienen hacen lo posible por no perderlo, y los que no tienen...esos ahí están.
Pero, ¿qué es lo que merece la pena tener? Quiero saber qué es lo que se necesita para ser feliz, ¿soy feliz? Es posible que no tenga que tirar de esa pregunta, y agarrarme a esos momentos que nos cambian porque nos recuerdan que tenemos mucho por hacer, por cambiar, por conseguir. Hay quien piensa se vive por amor, que ese es el sentido de la vida. Sin amor nada es nada, la felicidad plena está en eso que no es solo tuyo. Puede ser, pero ¿por qué? ¿Existe un alma gemela para cada persona?... Sueño con viajar a otras épocas, con conocer el mundo, ver gente...descubrir cómo piensan, qué sueñan, qué aman. Quiero mirar al mundo a los ojos y que me transmita qué siente y cómo lo siente, mano a mano.
Creo que no puedo más, me ahogo y de repente mis pulmones vuelven a llenarse de aire y ya estoy respirando de nuevo. No abarco tanto como quisiera y mis sentimientos superan a lo que mi mente es capaz de dar respuesta. Me siento sola y tengo miedo. Miedo de mis palabras, de que nadie me comprenda, de que nada me sorprenda, de vivir en un tiempo que no es el mío... y entonces es cuando te cruzas en mis sueños. La única persona que puede entender mi mente, descifrar mis palabras sin llegar a decirlo todo e intuir lo que siento y cómo me siento. Desapareces de repente y cada vez que vuelves me robas una sonrisa. Y lo único que quiero es volver a soñar, porque haces que la vida tenga sentido regalándome momentos que me hacen ver que "no todo está perdido".
