"Pero no es exactamente así, porque yo necesito a más de una persona para ser feliz." - Me dijo ella, mientras miraba distraídamente el esmalte azul eléctrico de sus uñas, que empezaba a descascarillarse.
"Lo que pasa es que cuando te enamoras, él se convierte en el núcleo de todo, el núcleo de tu felicidad. Y si él no está, te cuesta más ser feliz. Pero no es que no puedas, es que te falta algo y todo lo demás no te apetece. Es como pintar sin lienzo o sin pared… y sin embargo, lo que más importa son los colores. Y de eso yo sí que tengo, ¡colores tengo un montón!"
Entonces levantó la vista y me miró directamente a los ojos, así como hacía ella, observando curiosa como si hubiera algo más allá de mi retina.
"Te tengo a ti, querida verde hierba, tengo a mi amarillo ocre, a mi marrón castaña, algunos rojos intensos… una gran gama de azules y ¡hasta un naranja melocotón!"
Y una enorme sonrisa apareció en su rostro - "…Así que aunque me falte el lienzo, podrá ser divertido desnudarme y pintarme entera."
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